Dos aspectos
merecen destacarse al respecto; el primero, el notorio y constante descenso de
la afiliación sindical que se ha presentado en los últimos años, tal descenso
ha venido acompañado de una pérdida del poder sindical, primero porque la
cobertura de la negociación colectiva ha disminuido y segundo porque el papel
político del sindicato en el establecimiento de políticas en la reforma de los
mercados de trabajo y en la reforma de los sistemas de bienestar, ha sido en
general, con diversos grados de intensidad dependiendo de los países y de la
materia abordada, poco constante en los últimos años, en Colombia, por ejemplo,
los trabajadores y organizaciones sociales no tienen asiento en ninguno de los
organismos centrales que toman decisiones teóricamente concertadas en materia
de política económica y social.
Cabe anotar
que en Colombia los sindicatos, las diferentes transformaciones económicas y
sociales que han pasado y las que están en curso, han modificado profundamente
ese escenario natural del sindicato, obligándole a repensar y reformular sus
estrategias y mecanismos de acción, su estructura y funcionamiento, su relación
con los poderes públicos, con los empresarios, y con los propios trabajadores.
Por esta razón
es que los sindicatos se deben transformar y crear nuevas estrategias para
poder soportar los cambios que se presentan día a día.
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